Por:
H.B. Charles, Jr
Detesto
el ir de iglesia a iglesia. Sin embargo, acepto el hecho de que hay
momentos en que los cristianos deben transferirse de una iglesia a
otra. Pero hay un momento adecuado y una manera correcta de salir de una
iglesia.
¿Cuáles
son las razones legítimas para salir de una iglesia? ¿Cuándo es el
momento adecuado para salir de una iglesia? ¿Cómo se debe salir de una iglesia
para unirse a otra?
Luz
roja: razones equivocadas para dejar una iglesia
Aquí
hay siete razones equivocadas para abandonar la iglesia.
1. Pecado
Alguien
ha pecado. Tal vez fue un líder. ¿Es esta una buena razón para salir? Irse a
causa del pecado no promueve la santidad. Hubo un grave pecado en la
iglesia de Corinto. Pero Pablo mandó a la iglesia a tratar con el miembro
que había pecado, no a salir de la iglesia (1 Corintios 5:9-13). Cuando
Pablo mandó a los santos a “salir de en medio de ellos”, él se estaba
refiriendo al mundo, no a la iglesia (2 Corintios 6:14-18). Debemos
responder a los hermanos que pecan con restauración, no con amputación (Gálatas
6:1-5).
2. Desacuerdos
sobre asuntos doctrinales secundarios
Las
convicciones bíblicas son importantes. Pero no debemos estar dispuestos a morir
en cada colina. Contiende ardientemente por la fe. Pero no se debe
romper la comunión por cualquier desacuerdo sobre las Escrituras. Pablo
aconsejó a Timoteo:
“No dejes que
nadie olvide estas cosas. Pon a Dios como testigo, y advierte a los miembros de
la iglesia que no deben seguir discutiendo. Esas discusiones no ayudan a nadie,
y dañan a quienes las oyen. Haz todo lo posible por ganarte la aprobación de
Dios. Así, Dios te aprobará como un trabajador que no tiene de qué
avergonzarse, y que enseña correctamente el mensaje verdadero. No prestes
atención a las discusiones de los que no creen en Dios, pues eso no sirve de
nada. Los que así discuten, van de mal en peor “(2 Timoteo
2:14-16 Versión Lenguaje Actual).
3. La falta de
unión
Dios
odia a los que siembran la discordia entre los hermanos (Proverbios 6:16-19).
Pero la evidencia de la salvación es el amor por sus hermanos y hermanas
en Cristo (1 Juan 3:14). Y este amor se demuestra por preservar la unidad
del Espíritu en el vínculo de la paz (Efesios 4:1-3). No abandones el
barco porque no puedes llevarte bien con los demás. Lo único que lograrás
es tener el mismo problema en la próxima iglesia. “No hagan nada por rivalidad o vanagloria, sino con humildad cuenten a
los demás como superiores a sí mismo”, Filipenses 2:3.
4. Ofensas
personales
Habrán
momentos en que los cristianos pequen unos contra otros. ¿Entonces qué?
Irte no es la respuesta. Desplazarse cada vez que seas (o te sientas)
agraviado solo conducirá a múltiples transiciones de iglesia a iglesia. O
te mantendrás en los márgenes de la iglesia, que es igual de malo. Jesús da la
respuesta:
“Si tu hermano
peca contra ti, ve y repréndele, entre tú y él a solas. Si te hace caso, has
ganado a tu hermano”, Mateo 18:15. Estas simples instrucciones podrían impulsar el reavivamiento
en muchas iglesias. Pero, ¿y si no hace caso? Presiona (Mateo 18:16-20).
5. Falta de
voluntad para someterse a la autoridad
Aarón
tal vez era más espiritual que Moisés. Josué puede que fuera un mejor
líder. Pero la vara estaba en las manos de Moisés. No luches contra
los que el Señor pone en el liderazgo sobre ti. Por supuesto, no debes sentarte
bajo un liderazgo no bíblico, inmoral, o abusivo. Pero hay una manera de
lidiar con los líderes descalificados (1 Timoteo 5:19-20). Sin duda, tus
pastores deben rendir cuenta. Pero no ates a los líderes espirituales de
la iglesia a tus preferencias personales, tradiciones vacías, o prioridades que
no son bíblicas. Deja que los líderes guíen. Y sé dispuesto a
seguirlos (Hebreos 13:07, 17).
6. Una baja
visión de la iglesia
No
hay ningún capítulo y versículo bíblico que te ordene ser miembro de una
iglesia. Pero la Escritura enseña tanto por lo que se asume como por lo
que manda. No existe una categoría bíblica de un “cristiano sin iglesia”.
Los apóstoles se preguntarían: “¿Por qué lo llaman cristiano si no es parte de
la iglesia?”. Cristo es la cabeza de la iglesia, y él no tiene
experiencias fuera del cuerpo. No se puede estar conectado a la cabeza y
desconectado del cuerpo. Cristo ama a la iglesia (Efesios 5:25-27), y amar a
Cristo es amar lo que él ama.
7. Desobediencia
a la verdad
Pablo
le encargó a Timoteo a predicar la palabra (2 Timoteo 4:2). Luego advirtió que
la fidelidad a esta carga podría causar que algunos huyeran: “Porque vendrá
tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de
oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán
sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos”, Timoteo 4:3-4. La predicación fiel impulsará a algunos a irse de la
iglesia. Pero no se irán a casa. Van a encontrar una iglesia donde el
predicador haga cosquillas a sus oídos. No permitas que te ocurra a
ti. Si estás siendo enseñado en la sana doctrina y la predicación fiel,
por el amor de Dios, ¡quédate!
Luz Verde:
cuando es tiempo de dejar una iglesia
Aquí
hay tres razones básicas y aceptables para salir de una iglesia.
1. Una razón del
evangelio
Si
la iglesia a la que vas no cree o enseña el evangelio bíblico, tienes que irte.
Y ya. Los pecadores son salvos por la gracia mediante la fe en Cristo, sin
añadir ni restar nada. Nada de lo que hacemos nos salva. La salvación es
un don gratuito de Dios a aquellos que confían en la justicia de Cristo que
murió por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos para nuestra
justificación. Cualquiera que enseñe cualquier otro “evangelio” es anatema (Gálatas
1:6-9). Y cualquier iglesia que abraza un falso evangelio no es una iglesia
cristiana. ¡Corre por tu vida!
2. Una razón
doctrinal
Aquí
esta el asunto: debes salir de una iglesia cuando te exija negar en lo que
crees o creer aquello a lo que te niegas. Uno tiene tres responsabilidades
cuando se trata de la fe: (1) El derecho a vivir por fe (Romanos 14:23); (2) la
vigilancia de la conciencia contra el pecado (Santiago 4:17); y (3) el
mandamiento de poner a prueba todas las cosas (1 Tesalonicenses 5:21-21). No
trates los asuntos doctrinales a la ligera. La verdad y la paz deben ser
protegidas. Pero pasar por alto la verdad por causa de la gente solo
produce una “paz” aparente.
3. Una razón
personal
Hay
muchas razones personales para dejar una iglesia. La más común es la
reubicación. Si te has mudado a una ciudad diferente, es necesario ponerse bajo
la autoridad de una iglesia local en el sitio donde vives. Esa fue la
situación de Febe (Romanos 16:1-2). O tal vez tu iglesia está tan lejos de
donde vives en la ciudad que salir de tal iglesia se es conveniente. Estas
y otras razones personales similares son aceptables, son a veces razones
necesarias para dejar una iglesia.
Luz amarilla:
cómo salir de una iglesia
¿Cómo
se puede salir de una iglesia local de una manera que honre a Cristo?
1. Ora
Las
decisiones importantes deben realizarse únicamente después de la oración
diligente. Dejar una iglesia es una de esas decisiones. Ora sobre tus
motivos, tu ministerio y tus relaciones. Ora porque tu corazón sea guardado (Proverbios
4:23). Ora por sabiduría (Santiago 1:5). Ora por la sumisión a la voluntad de
Dios (Colosenses 1:09). Ora en voz baja. Es decir, ora, no
hables. Hablar por hablar acerca de tus pensamientos y sentimientos –que
ni están procesados– puede sembrar discordia.
2. Examina tus
motivos
¿Por
qué quieres irte? No estoy hablando de las razones políticamente correctas que
les dices a los demás. Estoy hablando de las verdaderas motivaciones de tu
corazón. ¿Las sabes? Pídele a Dios que te examine (Salmos 139:23-24). Entonces,
sé honesto contigo mismo. Y sé honesto con Dios. Ten cuidado de no moverte
por las razones equivocadas.
3. Revisa los
compromisos que has hecho para servir
¿Prestas
algún servicio en la iglesia? ¿Eres un líder? ¿Tu salida interrumpiría el
ministerio? Responde a estas preguntas en oración antes de irte. Si
has hecho compromisos, haz cuanto esté a su alcance para cumplir con
ellos. Pon el honor de Cristo antes que el tuyo. Deja en el pasado
los asuntos indignos (1 Corintios 15:58). No quieres encontrarte “ausente sin
permiso” fuera de una misión que Dios te haya encomendado.
4. Asegúrate de
que no tienes conflictos interpersonales no resueltos
No
dejes una iglesia porque estás enojado por algo. No la dejes porque
alguien te ha ofendido. Debes estar preparado para perdonar y buscar
reconciliación. Jesús dijo:
“Si estás
presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene
algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y vete. Reconcíliate
primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”, Mateo
5:23-24. La comunión rota interfiere en la verdadera adoración.
5. Piensa en
cómo tu traslado afecta a los demás
El
cristianismo no se trata de ti. Se trata de Cristo y de los demás. Si
tu corazón está bien, sentirás el peso de la forma en que tu potencial salida
herirá o influirá en los demás. Si te puedes ir sin afectar a nadie, no
eres un buen miembro. Si tu presencia importa, considera cómo tu ausencia
conmoverá a otros. “Que cada uno de ustedes vele no solo por sus propios intereses”,
indica Pablo, “sino también a los intereses de los demás”, Filipenses 2:4.
6. Determina
dónde transferirás tu membresía antes de ir
No
es la voluntad del Padre que sus hijos estén espiritualmente sin
hogar. Pablo dice: “Así pues, ya no
son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de
la familia de Dios” (Efesios 2:19).
El
Señor generalmente conduce hacia un lugar, no nos saca de un
lugar. Debemos ser capaces de dejar una “dirección del destinatario”
espiritual cuando salgamos de una iglesia. Y uno debería estar en la
capacidad de ir a una nueva iglesia con la recomendación de su antigua iglesia.
7. Ten una
reunión acerca de tu salida con tu pastor
Es
justo que hables con tu pastor antes de salir de una iglesia. ¿Es él la
razón por la que te quieres ir? Esa es otra razón por la qué uno debería
programar una reunión. Hebreos 13:17 dice: “Obedecezcan a sus
pastores, y sujéntese a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes
han de dar cuenta. Para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto
no os es provechoso para ustedes”.
Luz Verde: cuando es tiempo de dejar una iglesia
Aquí hay tres razones básicas y aceptables para salir de una iglesia.
1. Una razón del evangelio
Si la iglesia a la que vas no cree o enseña el evangelio bíblico, tienes que irte. Y ya. Los pecadores son salvos por la gracia mediante la fe en Cristo, sin añadir ni restar nada. Nada de lo que hacemos nos salva. La salvación es un don gratuito de Dios a aquellos que confían en la justicia de Cristo que murió por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos para nuestra justificación. Cualquiera que enseñe cualquier otro “evangelio” es anatema (Gálatas 1:6-9). Y cualquier iglesia que abraza un falso evangelio no es una iglesia cristiana. ¡Corre por tu vida!
2. Una razón doctrinal
Aquí esta el asunto: debes salir de una iglesia cuando te exija negar en lo que crees o creer aquello a lo que te niegas. Uno tiene tres responsabilidades cuando se trata de la fe: (1) El derecho a vivir por fe (Romanos 14:23); (2) la vigilancia de la conciencia contra el pecado (Santiago 4:17); y (3) el mandamiento de poner a prueba todas las cosas (1 Tesalonicenses 5:21-21). No trates los asuntos doctrinales a la ligera. La verdad y la paz deben ser protegidas. Pero pasar por alto la verdad por causa de la gente solo produce una “paz” aparente.
3. Una razón personal
Hay muchas razones personales para dejar una iglesia. La más común es la reubicación. Si te has mudado a una ciudad diferente, es necesario ponerse bajo la autoridad de una iglesia local en el sitio donde vives. Esa fue la situación de Febe (Romanos 16:1-2). O tal vez tu iglesia está tan lejos de donde vives en la ciudad que salir de tal iglesia se es conveniente. Estas y otras razones personales similares son aceptables, son a veces razones necesarias para dejar una iglesia.
Luz amarilla: cómo salir de una iglesia
¿Cómo se puede salir de una iglesia local de una manera que honre a Cristo?
1. Ora
Las decisiones importantes deben realizarse únicamente después de la oración diligente. Dejar una iglesia es una de esas decisiones. Ora sobre tus motivos, tu ministerio y tus relaciones. Ora porque tu corazón sea guardado (Proverbios 4:23). Ora por sabiduría (Santiago 1:5). Ora por la sumisión a la voluntad de Dios (Colosenses 1:09). Ora en voz baja. Es decir, ora, no hables. Hablar por hablar acerca de tus pensamientos y sentimientos –que ni están procesados– puede sembrar discordia.
2. Examina tus motivos
¿Por qué quieres irte? No estoy hablando de las razones políticamente correctas que les dices a los demás. Estoy hablando de las verdaderas motivaciones de tu corazón. ¿Las sabes? Pídele a Dios que te examine (Salmos 139:23-24). Entonces, sé honesto contigo mismo. Y sé honesto con Dios. Ten cuidado de no moverte por las razones equivocadas.
3. Revisa los compromisos que has hecho para servir
¿Prestas algún servicio en la iglesia? ¿Eres un líder? ¿Tu salida interrumpiría el ministerio? Responde a estas preguntas en oración antes de irte. Si has hecho compromisos, haz cuanto esté a su alcance para cumplir con ellos. Pon el honor de Cristo antes que el tuyo. Deja en el pasado los asuntos indignos (1 Corintios 15:58). No quieres encontrarte “ausente sin permiso” fuera de una misión que Dios te haya encomendado.
4. Asegúrate de que no tienes conflictos interpersonales no resueltos
No dejes una iglesia porque estás enojado por algo. No la dejes porque alguien te ha ofendido. Debes estar preparado para perdonar y buscar reconciliación. Jesús dijo: “Si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y vete. Reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”, Mateo 5:23-24. La comunión rota interfiere en la verdadera adoración.
5. Piensa en cómo tu traslado afecta a los demás
El cristianismo no se trata de ti. Se trata de Cristo y de los demás. Si tu corazón está bien, sentirás el peso de la forma en que tu potencial salida herirá o influirá en los demás. Si te puedes ir sin afectar a nadie, no eres un buen miembro. Si tu presencia importa, considera cómo tu ausencia conmoverá a otros. “Que cada uno de ustedes vele no solo por sus propios intereses”, indica Pablo, “sino también a los intereses de los demás”, Filipenses 2:4.
6. Determina dónde transferirás tu membresía antes de ir
No es la voluntad del Padre que sus hijos estén espiritualmente sin hogar. Pablo dice: “Así pues, ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19). El Señor generalmente conduce hacia un lugar, no nos saca de un lugar. Debemos ser capaces de dejar una “dirección del destinatario” espiritual cuando salgamos de una iglesia. Y uno debería estar en la capacidad de ir a una nueva iglesia con la recomendación de su antigua iglesia.
7. Ten una reunión acerca de tu salida con tu pastor
Es justo que hables con tu pastor antes de salir de una iglesia. ¿Es él la razón por la que te quieres ir? Esa es otra razón por la qué uno debería programar una reunión. Hebreos 13:17 dice: “Obedecezcan a sus pastores, y sujéntese a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso para ustedes”.
Fuente: coalicionporelevangelio.org
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